27 de maig 2006

IMAGINA


La parte posterior del escenario se levantaba lentamente, mientras en los oídos de los espectadores resonaban los versos que fluían con cadencia pausada de la boca de los rapsodas ocasionales:

Imagina que no hay países
No es difícil de hacer
Nada porqué matar o morir
Ni tampoco religión
Imagina a toda la gente, viviendo en paz

El mar aparecía majestuoso y el sol se reflejaba en los ligeros rizos despertando ecos lumínicos brillantes que dibujaban trazos cambiantes en el techo del auditorio.

Imagina nada de posesiones
me pregunto si puedes
ninguna necesidad de avaricia o ansias
una hermandad del hombre
imagina a toda la gente
compartiendo todo el mundo...

Me deje arrastrar por las palabras. Todo alrededor parecía alcanzable y un estremecimiento me recorrió la espalda. Quería creer en esas palabras que alguien creo cuando no sabía aún que moriría poco después a manos de un ¿loco?
Cerca de allí sin embargo se acercaba navegando por aquel mar, que se me antojaba tan cercano y acogedor, la demostración de que a pesar de la esperanza y de las palabras motivadoras siempre hay algo que se encarga de contradecir la buena voluntad. Miles de personas arriesgando su vida para huir de la miseria. Ahora ya no se les llama pateras, se llaman kayukos.
No se muy bien cual es la diferencia del medio de transporte, pero la doliente carga humana que transportan tiene la misma característica común, el miedo. Ese miedo que producen aquellos que no saben unir palabras para lanzar mensajes de esperanza y que solo saben transmitir MIEDO

Puedes decir que soy un soñador
pero no soy el único
espero que algún día te nos unas
y el mundo será uno

Después, el mar ya no me pareció tan rutilante