30 de juny 2006

Conversaciones imposibles

Oiga, que mire, que ando un poco perdido y no se llegar hasta el pueblo. Ya sabe la jodida manía de no querer preguntar que tenemos los tíos.

¿Vd. cree que si sigo por esta carretera tengo posibilidades? No, si ya veo por su cara que Vd. tampoco parece saber por donde queda esto.

Y es que fíjese, estaba tan bien en casa y a mi mujer que le entraron las ganas de darse un garbeo. Yo ya le decía que mira, que están haciendo lo del mundial y además, con eso de que empiezan las vacaciones, las carreteras estarán llenas, pero ella erre que erre: Que si no vamos nunca a ver a la familia, que eres un asocial, se te van a poner los ojos cuadrados de tanta pantalla de ordenador.

Bueno lo del mundial es que era una excusa. Total, para lo que hay que ver. Y más ahora que ya no hay jugadores del país en la liza. Claro que siempre queda poder ver a los que de verdad juegan en la liga: los Ronaldinhos, los Zidanes, los Beckham; anda este, que menudo gol que marcó. De los que aquí no marca. ¿A Vd. le gusta el fútbol? A mi la verdad no demasiado, pero como socialmente hay que saber, si no eres un ignaro.

A mi lo que me gusta de verdad es navegar por los blogs. Es que ahí te das cuenta de cómo es el mundo de verdad, déjate estar de salsas rosas y chorradas por el estilo. El insatisfecho, el obseso, bueno y también la obsesa, el aguerrido palabrador, el presunto escribidor, el coleccionista, la de ahí me las den todas y ¡eh!, gente de todas partes, de aquí, mucho de América del Sur (me encantan como escriben los/las chilenos), wasps, orientales. Que pena no entender a los japoneses, estoy seguro que también dicen cosas muy interesantes, pero esos símbolos solo me gustan pintados en la piel de alguna geisha.

Bueno, que aquí le estoy distrayendo yo con mi chachara y mientras he dejado el coche en la esquina, con mi mujer dentro y se va a poner buena. Lo del pueblo, ¿lo sabe o no? ¡Por lo menos dígame algo hombre! Vd. tiene pinta de buena persona. ¿Esta carretera a donde va?

¿Sabe?, si es que esto de viajar en coche hacia donde hace calor es un poco pesado. Yo le dije a mi mujer que si quería que saliéramos nos fuésemos al Norte, que allí hace más fresquito, pero me contesto que ni hablar, que esta semana son los San Fermines en Pamplona y las carreteras por allí aún estarán más llenas. Pues me he quedado con las ganas de dar una vuelta por el Barrio Viejo en San Sebastián o por Zarautz, por Hondarribia, Guetaria, Lekeitio y eso si, ponerme hasta el culo de pinchos y txacoli, que uno es un tripero de cuidado.

Y eso que ahora por allí se respira otro aire. No sé, como más diáfano y le veo (estuve no hace mucho) a la gente como con una sonrisa más esperanzada.

Oiga, si no puede decirme para donde he de ir para llegar a este pueblo, pues nada, pero me parece de mala educación que no me haya dicho ni palabra. Además, le veo como muy amarillo. Si le molestaba con mi conversación, habérmelo dicho hombre pero no hay porqué sulfurarse de esta manera. Vd. lo pase bien.

15 de juny 2006

MALDITA PRISA


Viernes, 7 de la mañana. Enfilo la calle Aragón, como cada día. Sé que si mantengo la velocidad de unos 30 a 40 Km. / hora y no hay mucho tráfico iré pasando todos los semáforos en verde.

Casualmente por la radio van explicando la puesta en marcha del carné por puntos y ante la enumeración de las acciones, omisiones y circunstancias que pueden hacer perder puntos, pienso que van a tener trabajo los de tráfico y los que deban de “reciclar” a aquellos que la resta de puntos les lleve a perder el permiso de conducir.

A mí alrededor se va formando el habitual enjambre de motos que van apurando los semáforos y cruzando en diagonal la calle para ir a buscar los huecos que les permitan pasar sin detenerse.

Ayer precisamente estuve en un curso de prevención donde nos explicaron a los participantes que hacer en caso de verse en la necesidad de atender a un motorista accidentado y recuerdo que pensé que sí, que me podía ver en esta situación, pero lo que no imaginaba era lo pronto que me iba a ver envuelto en tales circunstancias.

De repente, a punto de atravesar un cruce de calles, oí un estrépito. No vi exactamente que ocurrió en el momento en que se produjo la colisión, pero a continuación sí que, asombrado, vi como uno de los motoristas que me había adelantado pocos momentos antes, daba vueltas en el aire con los brazos y las piernas extendidos en X, cayendo estrepitosamente al suelo, pocos metros delante de mi vehículo.

Me detuve y salí corriendo tratando frenéticamente de recordar “A ver, que dijeron, no hay que quitar el casco, hay que ver si está consciente, no tratar de incorporarlo, ¿Qué más hay que hacer?”

Cuando llegué, el conductor del vehículo que había colisionado con el motorista, se estaba discutiendo con otro motorista que había parado también y a su alrededor los coches seguían su camino, esquivando como podían el accidente. “¡Dejadlo estar ahora, hay que llamar a una ambulancia, ya!”

El motorista en el suelo estaba consciente y con los ojos velados por el dolor intentaba decir algo, alargando un brazo hacia mí. No se le apreciaban heridas externas, aunque podía tenerlas internas. En aquel momento llegó la policía que se hizo cargo de la situación. El conductor del coche se dirigió a mi, muy nervioso “¡Tiene que venir a testificar a mi favor, Vd. lo ha visto todo. Yo no me he pasado el semáforo en rojo. Es mi vida, me van a quitar el carné y yo me gano la vida con el coche!

En realidad yo no había visto más que las consecuencias del accidente. Pensé en la vida del que estaba tendido en el asfalto y me pregunté si había valido la pena la prisa, de unos y de otros y en aquello que nos genera la ansiedad de la prisa. Pensé en como todo puede cambiar en un momento: el trabajo de los protagonistas en aquel viernes, el programa de compras por la tarde o la salida a cenar por la noche, sustituido todo ello por las estancias de un hospital, por las declaraciones en comisaría o la negra sombra de la inquietud y eventualmente de la responsabilidad de que te haya ocurrido una cosa así.

“Lo siento, no he visto como ha ocurrido el accidente y no puedo declarar sobre lo que no he visto”.
Viendo que gente con experiencia se había hecho cargo de todo, me alejé, subí de nuevo a mi coche y muy lentamente me reincorporé al tráfico de la calle Aragón.

14 de juny 2006

CREURE O NO


Una vegada em vaig creuar amb ella a l’aeroport de Sevilla. Caminava de pressa i amb força, amb “poderio” com diuen per aquelles terres.

Era mes be baixa, o potser m’ho va semblar a mi, al veure-la amb aquells talons d’agulla. Espero que descansi en pau i no s’hagi adonat del circ mediatic que s’ha muntat al voltant de la seva mort, tot i que ella i la seva família hi han viscut d’aquest sistema de xafarderia afavorida per la “premsa rosa”, en allò que en dic “les sagues dels escàndols”.

Us heu fixat que aquesta continua presencia en els mitjans sempre ronda a unes quantes persones, i que s’expandeix cap a altres que hi tenen relació familiar o d’amistat amb aquestes, però que sempre tot queda gairebé en el mateix entorn? Mireu si no els d’Ubrique, des de el propi torero, passant per la seva primera dona i per el seu pare, fins a la Campanario i els seus presumptes problemes amb la S. Social, etc. etc.

I la pròpia família de la Jurado, el seu primer marit amb ramificació a la perruquera, la filla i el seu ex- Guardia Civil, les amistats amb la Pantoja, que també hi es abonada ella o el seu fill per no parlar del seu ex alcalde de Marbella... o de la seva relació amb la desapareguda Encarna Sánchez... i anar fent.

Be, no era d’això del que volia escriure avui. Volia referir-me a aquella reflexió que el Papa Benedect XVI que va fer a Auswitch: On era Deu quan va passar tot allò? En si es un greu qüestionar-se l’existència de Deu per part del seu primer representant a la terra.

Qui creu dons en Deu? En Pere Lluís Font, professor d’Història de la Filosofia de la Universitat Autònoma de Barcelona, que participà en un curs a la Fundació Joan Maragall, orientat a repensar 16 conceptes clau de la teologia es planteja “Perquè crec? Perquè finalment em sembla mes raonable aquesta postura que la contraria.”

Com el mateix Font diu, “Si Deu estima, com pot haver un infern?

Jo penso que tan dolent es creure cegament, com no creure i utilitzar la manca de fe com a pretexta per el tot val. A aquestes alçades, creure en una Divinitat impregnada de bondat, es com creure que algú te a l’humanitat dins d’una proveta de laboratori, fent continus experiments per veure el comportament de unes criatures subjectes a les seves passions.

Si per un moment creguéssim en això, hi hauria que pensar que estem en un moment àlgid dels experiments, perquè miris per on miris només veus mostres de les exacerbacions negatives d’aquestes passions humanes. La crueltat, l’egoisme, les guerres, l’enveja, no son passions negatives que porten a molts i molts inferns en aquesta existència?

Jo no crec en l’Església, però si en una religió com a forma de convivència i millora social.

Aquesta religió no te perque revestir formes sectaries. Em valen la cristiana, el budisme, l’hinduisme, fins i tot la musulmana, o qualsevol, quan no pretenguin imposar res a ningú, que prediquin la tolerancia i la convivencia, que no embarquin a ningú en guerres santes Potser com ens assenyalava en Thomas Mann a la “Muntanya Màgica”, els manaments en definitiva son pautes de conducta civilitzada, revestida de “autoritat divina”, perquè la gent en faci cas. La preocupació ha de ser que la gent tingui prou capacitat per ser la seva propia Iglesia

Sembla que quan el ser humà pensa en aquestes qüestions amb profunditat es produeixen oscil·lacions neuronals de 40 herzts en una zona del cervell. Els cientifics en diuen “l’inteligencia espiritual”. Serà que de manera inconscient ens estem intentant conectar telepaticament amb alguna Divinitat en pla de preguntar, que hi ha algú?

O mes be simplement que el pensar en coses trascendents ens produeix mes neguit ?